Esta revista es un reconocimiento a los líderes y lideresas del país que persisten en su lucha, a pesar de la violencia que quiere acallarlos. Y es también una exigencia para que se les garantice una vida digna y segura.
En esta edición de Conmemora el Centro Nacional de Memoria Histórica les rinde homenaje a los líderes y lideresas sociales que se enfrentan a las injusticias, desigualdades y exclusiones, y que por su labor dentro de sus comunidades están en riesgo o han sido el blanco de acciones criminales en nuestro país.
Temístocle Machado, líder de Buenaventura
Asesinado el 27 de enero de 2018
Tres causas dobles son particularmente dinamizadoras de sus liderazgos: la defensa de la vida y los derechos humanos; la protección de la naturaleza y el territorio; la salvaguarda de la democracia y la exigencia de paz. Aunque los defensores de estas causas se entrecruzan todo el tiempo, se pueden diferenciar analíticamente: la causa de la defensa de la vida es abanderada por una diversidad de actores entre los que sobresalen las víctimas del conflicto armado y las organizaciones que las representan; ambas ejercen una labor de defensa de derechos humanos. La causa de la defensa de la naturaleza y el territorio es amparada por los pueblos indígenas y los pueblos afrocolombianos, así como por los líderes ambientales, campesinos o urbanos, que también defienden derechos humanos. La causa de la defensa de la democracia y de la participación política es dirigida por jóvenes, mujeres, poblaciones diversas y militantes políticos. Todos tienen hoy como común denominador —lo cual los hace particularmente vulnerables— la militancia por la paz, que también es la defensa de los derechos humanos.
Emilsen Manyoma, lideresa del Bajo Calima (Valle del Cauca)
Asesinada en enero de 2017
Esas causas están atravesadas, en el discurso político global, por temas específicos como los cultivos de uso ilícito, la minería y el agotamiento de los recursos naturales, que apuntan a poderes consolidados, territoriales o de alcance e influencia global; o que apuntan a dinámicas de megaproyectos extractivos o de economías ilegales que pretenden pasar por encima de las comunidades o de los pueblos indígenas y afrocolombianos y que en últimas atentan contra los defensores de la vida en el corto, mediano y largo plazos, pues aniquilan todo lo que pueda interferir con sus intereses. Esto hace que los líderes y lideresas se conviertan en portadores de discursos universales, al mismo tiempo que, por su autonomía, representen a minorías tremendamente frágiles, a las que les toca enfrentar poderes desmesurados.
Holmes Alberto Niscué, líder nasa-awá
Asesinado el 19 de agosto de 2018
Entre ellos han adquirido particular visibilidad los líderes de comunidades cuasianiquiladas por la violencia, que gracias a su coraje recompusieron sus lazos sociales en el proceso mismo de reconstrucción de las dinámicas del conflicto y las preguntas por el futuro. La violencia contra estos líderes y lideresas está decapitando las causas de las víctimas; su asesinato selectivo está matando la democracia mediante el silenciamiento de las comunidades y las está dejando huérfanas de defensores de sus derechos.
José Jair Cortés, líder de Tumaco (Nariño)
Asesinado el 17 de octubre de 2017
Los beneficios contundentes de la paz expresados en la disminución histórica de homicidios y otras formas de violencia desde 2016 en adelante, contrastan con la curva ascendente de homicidios y otras formas de violencia menos visibles contra quienes se han erigido en defensores y guardianes de la paz. Tremendo contraste: mientras bajan los muertos de la guerra, crecen las víctimas de la paz.
Carlos Jimmy Prado Gallardo, líder de Nariño
Asesinado el 2 de junio de 2018
El proceso de paz y la movilización social que este desencadenó no han sido suficientes para desarmar el legado de violencia que cargamos desde hace décadas en Colombia; por ello tenemos que luchar todavía por la paz. La paz que tenemos tiene que andar como una equilibrista sobre la cuerda floja de las negociaciones incompletas, la paz parcelada y las inciertas políticas del Gobierno de relevo; ha desactivado mecanismos centrales estructurantes de la guerra, afectado intereses de muchos poderes de la sociedad que se habían acostumbrado a vivir con la guerra o a vivir de la guerra. Los asesinatos de líderes y lideresas se están haciendo de cara a la sociedad de manera desafiante, y una parte de ella ha respondido esta vez de forma contundente y clara con su oposición a la muerte violenta y al exterminio. Hemos perdido muchos líderes, nos han arrebatado a varias lideresas. No obstante, la paz que hemos alcanzado nos pertenece también a nosotros; por ello es nuestra obligación exigir que los líderes y lideresas tengan una vida digna y segura y puedan seguir siendo voceros de intereses de la sociedad y de la humanidad.
Jefferson Arévalo, líder del Meta
Asesinado en agosto de 2018
María del Carmen Moreno, lideresa de Arauquita (Arauca)
Asesinada el 27 de abril de 2018