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El caso de la Asamblea del Valle: tragedia y reconciliación

Durante dos años las familias de los 12 diputados del Valle del Cauca secuestrados por la guerrilla de las FARC en abril del 2002, y posteriormente asesinados (el único sobreviviente fue Sigifredo López), se reunieron con investigadores del Centro Nacional de Memoria Histórica para realizar el primer ejercicio de memoria colectiva sobre este hecho. Reconstruyeron las vidas de las víctimas y el minuto a minuto de aquella toma a la Asamblea del Valle.

“Somos la unidad antiexplosivos del Batallón Primero Numancia (del Ejército). Por favor, damas y caballeros, desalojen los edificios para, así mismo, desactivar las bombas. Tomemos la dirección hacia el parque de la Gobernación (del Valle). Para los diputados hay un vehículo especial”. Utilizando este discurso, y vestidos con uniformes de la Fuerza Pública, un grupo de guerrilleros de las FARC ingresó a la Asamblea del Valle, en pleno corazón de Cali, y secuestró a doce diputados; en esta incursión murió el subintendente Carlos Alberto Cendales, quien vigilaba el edificio, y un conductor y un camarógrafo de RCN, que estaban cubriendo el hecho.

En “El caso de la Asamblea del Valle: tragedia y reconciliación”, se muestra la lucha por elevar este caso a un asunto de Gobierno y de país. Los familiares de los diputados fueron algunos de los abanderados de la propuesta de un acuerdo humanitario que mantuviera viva la esperanza de la liberación de sus familiares, y lideraron innumerables movilizaciones ciudadanas con ese fin. En todos los escenarios, los familiares de los diputados siempre hicieron una invitación generosa a la reconciliación, y llevaron el reclamo interpelante de uno de los secuestrados: “No sé quiénes son más infames, si los que nos secuestran o los que nos olvidan”, dijo en cautiverio el diputado Juan Carlos Narváez.