
San Luis ha sufrido los impactos del conflicto armado desde la década de los 60. Desapariciones, masacres asesinatos selectivos y desplazamientos forzados hacen parte de los repertorios de violencia que han dejado huellas en el territorio y en la vida cotidiana de sus pobladores, así como en sus proyectos de vida. Estos campesinos del oriente antioqueño, quienes sobrevivieron y resistieron a la presencia del Frente Carlos Alirio Buitrago del ELN, del MAS, del Frente IX de las FARC, del Bloque Metro y del Cacique Nutibara, cuentan con el apoyo del Centro de Memoria Histórica y Conciudadanía, quienes, en alianza, empezarán la formación a gestores de memoria que en el segundo semestre del 2014.
Este proceso busca ser coherente con las iniciativas que la población ya ha privilegiado en torno a la reconstrucción de la memoria de los líderes asesinados, el reconocimiento de los impactos de hechos como estos, entre otras situaciones violentas. Pero, los sanluicenses han sido enfáticos en algo: no solo quieren dar cuenta de las memorias de la violencia y el dolor sino de la resistencia, la solidaridad y las tradiciones que se forjaron, fortalecieron o también sobrevivieron a los momentos más álgidos del conflicto armado.
Bajo estos principios el CNMH espera que este proceso de formación apoye y genere el surgimiento y fortalecimiento de iniciativas de memoria que provengan de los propios pobladores. También espera establecer alianzas con entidades de orden local y departamental que garanticen la continuidad de estas iniciativas que, sin duda, aportarán a la dignificación de las víctimas, al restablecimiento de su buen nombre, al reconocimiento de los impactos de la violencia y como lo reiteran los habitantes de San Luis, al valor de la resistencia.